Gonzalo Gambero está acusado de homicidio calificado por el vínculo y en septiembre del año pasado la fiscalía solicitó la elevación a juicio del caso. Las pericias determinaron que el niño, que tenía 3 meses cuando falleció, fue víctima del “síndrome del bebé sacudido”.
La peor pesadilla de Lucrecia Piñeiro empezó con una siesta el 22 de agosto de 2017. Esa tarde, su bebé de 3 meses había quedado al cuidado de su papá y no había ningún indicio para pensar que cuando volviera de trabajar se encontraría con su hijo ya muerto, en la guardia del Hospital de Río Cuarto. “Pedrito era sano y fuerte y nunca creí que se tratara de una muerte natural”, aseguró la mujer a Infobae.
Ese día, la criatura había quedado al cuidado de Gonzalo Gambero, quien alertó que había despertado de la siesta con los labios morados y prácticamente inconsciente. Lo cargó en brazos, lo llevó de urgencia al hospital pero ya era demasiado tarde.
Si bien los médicos constataron que el cuerpo del bebé no presentaba signos de golpes externos, los estudios arrojaron que tenía un hematoma subdural, hemorragia de retina y edema cerebral. Los asistentes sociales sospecharon que podría tratarse de un caso de “síndrome de bebé sacudido” e instaron a la familia a que hicieran la denuncia por violencia. Al ver que no se ponían de acuerdo (el padre no quería pero la madre sí), le manifestaron que si ellos no lo hacían, lo iban a hacer desde el hospital.
Así, la denuncia recayó en el fiscal Javier Di Santo, a cargo de la Fiscalía de Instrucción y Familia Número 2 de Río Cuarto, quien acusó a Gambero de lesiones graves calificadas reiteradas y homicidio calificado por el vínculo. El hombre permaneció dos meses preso hasta que sus abogados lograron revertir la prisión preventiva. En 2018, el fiscal pidió la elevación a juicio pero sus defensores solicitaron nuevas medidas de prueba y lograron un giro en la causa.
En 2020, el juez de Control subrogante, Mariano Correa, dictó una falta de mérito para Gambero y opinó que debía profundizarse la investigación: no sólo investigar al padre sino también a la madre, María Lucrecia Piñeiro, y a la niñera del pequeño.
Pero el 20 de septiembre de 2022, el fiscal Daniel Miralles, de la Fiscalía Número 4 de Turno de Río Cuarto, llegó a la misma conclusión que su par Di Santo, y pidió que sea enviado a juicio por homicidio calificado por el vínculo, un delito que podría tener prisión perpetua.
“Quiero que este caso se conozca, que la justicia le ponga fecha al juicio. No puede ser que los abogados de mi ex se la pasen presentando recursos para dilatarlo. Lo último que hicieron fue denunciar al fiscal Miralles por extorsión”, reclama Lucrecia, en alusión a la recomendación que el fiscal le hizo al imputado de tener un juicio abreviado -ante las pruebas recopiladas en su contra- siempre y cuando acepte su culpabilidad.
Las pericias que complican al padre
Los estudios del equipo de medicina forense fueron contundentes y llevaron al mismo diagnóstico. Incluso, las pericias determinaron signos de lesiones anteriores por el mismo tipo de acción: zamarreos intensos que producen daño cuando el cerebro aún no ocupa toda la caja craneal y que también explican un aumento en el perímetro encefálico de la criatura.
El testimonio del pediatra de Pedrito también fue determinante. Pablo Dieser manifestó que el bebé había nacido prematuro y que en los seis controles realizados durante los primeros tres meses de vida arrojaron que estaba creciendo dentro los parámetros esperables. “Cuando lo llamé para que vaya al hospital, lo primero que pensó fue en una muerte súbita pero al ver los estudios posteriores, específicamente la tomografía, cambió de opinión”, recordó Lucrecia.
Al niño lo cuidaban, la mayoría del tiempo, tres personas: su mamá, su papá y la niñera. Al principio, todas las sospechas recayeron por la cuidadora. “Era imposible pensar que su propio padre pudiera hacerle algo así”, sostuvo Lucrecia. Sin embargo, tres días después de lo ocurrido hubo una situación que la hizo dudar: “Nuestra otra hija, que en ese momento tenía 2 años y medio, empezó a manifestar rechazo hacia su papá. Ahí empecé a sospechar de él, busqué videos sobre el síndrome del bebé sacudido y cuando se los mostré empezó a gritar y a decirme que iba a buscar un abogado”.
Esa conversación marcó un antes y un después en la relación, que ya venía mal y trataban de reflotar con terapia de pareja. “Mis dudas sobre la niñera desaparecieron inmediatamente al ver su reacción”, admitió.
Marcha y pedido de justicia
Para el jueves 16, Lucrecia convocó a una marcha pacífica para pedir “justicia por Pedrito” y que le den fecha de juicio para este año. La cita es a las 19.30 en la Plaza Roca, de Río Cuarto. “Me gustaría que el resto del país acompañe por Pedrito y todos los niños víctimas de violencia”, concluyó esperanzada de que su petición sea oída después de más de 5 años de lucha.
Desde el Poder Judical de Córdoba confirmaron que “la causa sigue el trámite habitual teniendo en cuenta que se trata de causa con mucha complejidad”. Precisaron que el expediente tiene 8 cuerpos, que el pedido de elevación a juicio tiene 102 páginas y que la oposición de la defensa tiene 71 páginas. “Es una causa voluminosa en la cual se está trabajando y en estos momento está a estudio del Juzgado de Control y Faltas de Río Cuarto”, sostuvieron.