Con el tradicional corte de cinta en el ingreso al predio, quedó oficialmente inaugurada la nueva edición de ExpoVenado 2025. El acto contó con la presencia de la presidenta de la Sociedad Rural de Venado Tuerto, Noelia Castagnani; el intendente Leonel Chiarella; diputados provinciales, concejales y otras autoridades locales.
Castagnani destacó la importancia de esta muestra para la región y recordó que la entrada general tiene un valor de $5.000. Además, con el ticket se participa de importantes sorteos, que incluyen un automóvil 0 km, una motocicleta y un silobolsa.
La expo promete tres días intensos, con propuestas para toda la familia: exposiciones ganaderas, maquinaria agrícola, stands comerciales, shows en vivo y un amplio patio de comidas. La organización espera la llegada de miles de visitantes de toda la región y provincias vecinas.
ExpoVenado 2025 se reafirma así como uno de los eventos más convocantes del calendario productivo y social del sur de Santa Fe.
Un homenaje a Don Nino: el hombre detrás de la Expo Venado
La comunidad de Venado Tuerto recordó con afecto a Saturnino “Don Nino” Herrero Mitjans, socio honorario de la entidad, quien desde 2003 dejó su huella en ExpoVenado y en la ciudad.
En una cálida ceremonia, amigos, colaboradores y referentes de la ExpoVenado se reunieron para rendir homenaje a Saturnino Herrero Mitjans, más conocido como Don Nino, un hombre que, más allá de sus logros académicos y empresariales, supo conquistar a todos con su sencillez y generosidad.
Don Nino comenzó a visitar la ExpoVenado en 2003, en su rol de director de Asuntos Corporativos de Clarín. Con el tiempo, se ganó un lugar especial en la comunidad: era el del trato afable, el de los pasos lentos pero firmes, el que recorría el predio observando a todos, el que compartía facturas por las mañanas y la lectura del diario en la Administración, el de las fotografías, y también el de los obsequios que año a año preparaba para cada muestra.
Su compromiso iba más allá de la feria. A pesar de sus obligaciones, siempre encontraba un espacio para acompañar y alentar al equipo organizador. Llegaba los viernes por la noche y regresaba temprano el lunes a Buenos Aires, pero en ese tiempo se dedicaba de lleno a escuchar, observar y aportar ideas para mejorar. También se interesó por conocer la ciudad, visitando lugares emblemáticos como el Museo Cayetano Silva y el Profesorado N°7, e incluso colaborando con iniciativas locales, como aquella recordada cena en la que se remataron sus fotografías para recaudar fondos.
“Hoy todos pueden leer en internet sus logros académicos y empresariales, pero nosotros queríamos homenajear simplemente a Don Nino”, expresaron los organizadores, resaltando que su paso por la Expo dejó mucho más que aportes profesionales: dejó una enseñanza de humanidad, amistad y compromiso.