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Según las primeras versiones, el hombre lo había matado a trompadas porque “estaba cansado de escucharlo llorar”, pero las pericias descubrieron una trama de abusos.
El crimen de Enzo Uriel Domínguez, un bebé de poco más de un año que a mediados de agosto pasado llegó sin vida al Hospital Materno Infantil de Pontevedra, dio un giro en las últimas horas a raíz de las conclusiones de la autopsia: el nene fue víctima de un brutal abuso sexual y murió a causa de un “shock hipovolémico” y “neurológico” derivado del espantoso ataque.
En el inicio de la causa, María Milagros Domínguez, la mamá de la criatura, denunció que su pareja, Lautaro Damián Villarreal, había matado a golpes a su bebé porque, supuestamente, no toleraba escucharlo llorar. Pero no dijo toda la verdad.
“Establecimos que el padrastro le venía infligiendo malos tratos desde que comenzó la convivencia con la madre, aproximadamente en el mes de junio. De la autopsia surgieron distintos golpes de distintas datas, corroborado esto por otras pruebas y que la última vez que lo golpeó fue en el rostro la madrugada del día 14 de agosto”, detalló una fuente cercana a la investigación, en diálogo con Primer Plano.
De acuerdo a la reconstrucción basada en la declaración de testigos, el día del hecho Milagros, la mamá de Uriel, había ido hasta la casa de su suegra y dejó a su bebé al cuidado del acusado. “Fue en esas circunstancias que lo violó, pero con una violencia tal que le provocó un derrame interno que causó la muerte”, detalló el vocero.
En las últimas horas, y con las pruebas reunidas, la fiscal María Alejandra Bonini, de la Fiscalía Nº 12 de Morón, especializada en delitos contra la integridad sexual, pidió al Juzgado de Garantías interviniente que la madre de Uriel recupere su libertad. En cambio, para Villarreal solicitó la prisión preventiva tras indagarlo el viernes pasado, con el agravante en la imputación en su contra.
Por otra parte, aunque María Milagros Domínguez fue liberada se aclaró que seguirá vinculada a la investigación para conocer si hubo acción u omisión suya en relación al maltrato que sufría su bebé. “En cuanto a los abusos y posterior muerte, ella no es responsable”, afirmó el investigador, que también indicó que la mujer era víctima de violencia de género en su relación con el acusado.