Juan Eduardo Gallardo fue encontrado muerto en su auto el viernes pasado, por la noche, en la zona norte de la ciudad de Rosario. Ocho horas antes había sido expuesto por su familia, que difundió comprometedores videos. La denuncia judicial
El viernes último por la noche, el fotógrafo Juan Eduardo Gallardo (60) se quitó la vida junto a un puente en la zona norte de Rosario. Policías de la zona llegaron a su auto para encontrar su cadáver en el asiento de conductor, con un caño de PVC conectado al escape, asegurado con cinta, una inhalación masiva de monóxido de carbono. El hallazgo fue considerado un suicidio de inmediato, sin otras hipótesis. Gallardo se había convertido en un paria en los días previos. Varios medios de comunicación reflejaron una gravísima denuncia pública hecha por sus dos hijas, quienes pidieron su detención por supuestamente filmar con una cámara oculta a una amiga de ellas mientras se duchaba en la casa de la familia, y por grabar a chicas que se cambiaban en el estudio de fotografía para hacer books para sus cumpleaños de quince.
Sus hijas se apostaron ante los móviles de televisión, mostraron los videos donde su padre ajustaba la cámara oculta para filmar menores a traición.
Así, el cuerpo de Gallardo fue retirado de su Chevrolet Classic que estaba todavía encendido debajo del puente Rosario-Victoria, que marca el límite entre el norte rosarino y el comienzo de la vecina localidad de Granadero Baigorria. De acuerdo a la información de la Agencia de Investigación Criminal, no había signos de violencia externos, según pudo relevar la Unidad fiscal de Homicidios Culposos.
Unas ocho horas antes del suicidio, sus hijas Sol y Stefanía habían pedido ante los dos canales públicos de Rosario la detención de su padre. Junto a ellas estaba una amiga que a su vez era ex empleada del estudio de fotografía, quien detectó el 1° de julio pasado que fue filmada a través de una cámara oculta mientras se bañaba en la casa de la familia Gallardo. Pero las hijas de Gallardo no solo habían ido a los medios: también habían ido a la Justicia.
Lo ocurrido ese día fue relatado con precisión por la joven en la denuncia presentada ante el Ministerio Público de la Acusación de Rosario, una amiga de una hija de Gallardo de 21 años que fue a una clase de zumba junto a ella y luego se quedó a dormir en la casa de su familia. Cuando avisó en voz alta que iba a ducharse, Juan le dijo: “Esperá que voy yo”. La muchacha ingresó después del fotógrafo, se bañó y cuando salió observó que algo brillaba en el cesto de la basura que está casi junto a la bañera.
Cuando la joven se acercó, detectó que era el lente de una Go Pro que estaba dentro una media negra con un agujero hecho específicamente para el tamaño del foco de la cámara. Señaló que se puso nerviosa, que sacó la tarjeta de memoria del dispositivo y volvió a dejarlo tal como lo encontró en el canasto de basura del baño.
Antes de irse a dormir y sin decir nada a sus amigas, según confirmaron fuentes del caso en base a los contenidos de la denuncia, descargó una aplicación que le permitió acceder al contenido de la tarjeta de la Go Pro. Allí pudo verse desnuda bañándose y el momento previo, donde se ve que Juan Gallardo comenzó a filmar –se ve nítidamente su rostro– y luego colocó la cámara en el cesto y la tapó de papel higiénico que estaba ahí.
Antes de la denuncia por el video, hubo otra contra el fotógrafo, presentada el 10 de junio y originada desde dentro de la familia misma: la madre de las hijas de Gallardo lo acusó de violencia de género a través del sistema online que tiene el Ministerio Público de la Acusación.
En esa presentación, contó que se había enterado de aquella cámara oculta y agregó. “Viví con un monstruo durante muchos años. Me hostigaba diariamente. Ya me maltrató física y psicológicamente. Me avergonzaba delante de mi familia”, expresó.
La cámara oculta hecha a la amiga de las hijas de Gallardo fue denunciada formalmente el 16 de junio.
Después de la acusación de su amiga y de su madre, las hijas del fotógrafo ataron cabos de situaciones que nunca habían terminado de comprender. Les había hecho ruido que en su estudio de fotografía “G4” ubicado en Presidente Perón al 4100, en la zona oeste de Rosario, había colocado una cámara de videovigilancia en una sala. “Decía que era por seguridad porque antes le habían entrado a robar. Le creímos”, indicó una de las jóvenes.
La amiga de las hijas, y la denunciante del fotógrafo, aseveró ante las cámaras del Canal 3 de Rosario que Gallardo fue “un pedófilo” y que les hacía a ellas “poner la cara”. “Nos hacía decir que las cámaras que apuntaban adonde se cambiaban las menores de 15 no grababan. Eran menores de quince porque venían justamente a hacer sus books para sus cumpleaños”, continuó. Por el momento, de acuerdo a datos de Fiscalía, no se hallaron imágenes de menores de edad en la causa por la cámara oculta ni fueron aportados por las denunciantes.
Según las hijas de Gallardo, después de las denuncias de la madre y su amiga, su padre les entregó algunas cámaras de fotos a modo de “compensación” o posible silencio. Sin embargo, no se trató de eso. Las denunció por robo y por esa denuncia allanaron el jueves pasado la casa de las jóvenes por “hurto” y les secuestraron los elementos. Esa situación fue considerada por fuentes de la Fiscalía como una “falta de comunicación” entre fiscales que tienen al fotógrafo en distintas causas, como denunciado y denunciante.
No era la única causa de Gallardo. También había sido acusado de grooming tiempo atrás. La causa, que data de enero de 2020, fue archivada por falta de pruebas.
El fotógrafo tuvo un turno con la Justicia por la causa de la cámara en el baño, con una audiencia imputativa asignada para el 24 de junio pasado. Le llevaron la citación, pero no lo encontraron. Días después lograron encontrarlo y programaron la acusación para el 5 de julio pasado, pero su defensora pública pidió reprogramarla porque no podía asistir. Así, el denunciado murió sin ser acusado formalmente de un delito, un paso clave en el sistema de la Justicia santafesina.
Pero su fallecimiento no hace caer la investigación por abuso simple por la filmación a la amiga de sus hijas. La fiscal Cecilia Brindisi ahora buscará establecer qué hacía el fotógrafo con sus filmaciones hechas de manera oculta. En principio, no tiene indicios para indicar que participó de alguna red de distribución de imágenes de menores.
La Fiscalía también tiene cautelado un video de Gallardo que publicó y luego borró de su Facebook que es previo a las denuncias. En esa filmación, que dura dos minutos con cincuenta segundos, comentó “haber hecho algo malo, ser una persona oscura” y ruega a su familia que no lo deje “por las cosas malas que viene haciendo”. Los detalles de ese material se mantienen en reserva por parte de la Justicia local.